¿Por qué hay tanta resistencia a la perspectiva de género?

Por: Alice Pérez Fernández

Psicóloga, sexóloga y catedrática universitaria

            La historia humana está llena de resistencia a los cambios, aunque los mismos sean para mejorar. No se nos puede olvidar que las experiencias de vida son desiguales al igual que el conocimiento y ambas cosas son importantes en cuanto a la apertura a los cambios y el entender la razón de estos. La mayoría de la gente parte de la premisa que la única verdad es la que ellos viven y emiten juicios desde ese conocimiento y en el caso de PR el insularismo nos limita nuestra visión de mundo aun con la apertura a las tecnologías por parte de muchas personas. También nos mata que nos encanta construir historias y sobre todo aquellas llenas de conspiración o que avalan alguna creencia mítica.

            Para comenzar hay que definir términos, así que comenzamos por la definición de género. Según Susana Gamba (2015), el género es una categoría transdisciplinaria, que desarrolla un enfoque globalizador y remite a los rasgos y funciones psicológicos y socioculturales que se le atribuye a cada uno de los sexos en cada momento histórico y en cada sociedad. Las elaboraciones históricas de los géneros son sistemas de poder, con un discurso hegemónico y pueden dar cuenta de la existencia de los conflictos sociales. La problematización de las relaciones de género logró romper con la idea del carácter natural de las mismas. Lo femenino o lo masculino no se refiere al sexo de los individuos, sino a las conductas consideradas femeninas o masculinas. En este contexto, la categoría de género puede entenderse como una explicación acerca de las formas que adquieren las relaciones entre los géneros, que algunos consideran como una alternativa superadora de otras matrices explicativas, como la teoría del patriarcado.  Es Robert Stoller quien estableció más claramente la diferencia conceptual entre sexo y género. Los sistemas de género se entienden como los conjuntos de prácticas, símbolos, representaciones, normas y valores sociales que las sociedades elaboran a partir de la diferencia sexual anatómico-fisiológica y que dan sentido a las relaciones entre personas sexuadas (De Barbieri, 1990). Es aquí donde nace la necesidad de ver las cosas dentro de la diversidad en la que se presentan y así nace la perspectiva de género.

            Así la definición de la perspectiva de género parte de la búsqueda de la Igualdad entre Mujeres y Hombres, la perspectiva de género se refiere a la metodología y los mecanismos que permiten identificar, cuestionar y valorar la discriminación, desigualdad y exclusión de las mujeres, que se pretende justificar con base en las diferencias biológicas entre mujeres y hombres, así como las acciones que deben emprenderse para actuar sobre los factores de género y crear las condiciones de cambio que permitan avanzar en la construcción de la igualdad de género. Cuando se habla de perspectiva de género, se hace alusión a una herramienta conceptual que busca mostrar que las diferencias entre mujeres y hombres se dan no sólo por su determinación biológica, sino también por las diferencias culturales asignadas a los seres humanos.

            Es por ello por lo que la Organización de las Naciones Unidas da el mandato respecto a la igualdad de género y el empoderamiento las mujeres están acordado universalmente por los Estados Miembros y engloba todos los ámbitos de la paz, el desarrollo y los derechos humanos. Los mandatos sobre la igualdad de género toman como base la Carta de las Naciones Unidas, la cual, de manera inequívoca, reafirmó la igualdad de derechos de mujeres y hombres.

            Las conclusiones convenidas del ECOSOC de 1997 definían la incorporación de una perspectiva de género como: “El proceso de evaluación de las consecuencias para las mujeres y los hombres de cualquier actividad planificada, inclusive las leyes, políticas o programas, en todos los sectores y a todos los niveles. Es una estrategia destinada a hacer que las preocupaciones y experiencias de las mujeres, así como de los hombres, sean un elemento integrante de la elaboración, la aplicación, la supervisión y la evaluación de las políticas y los programas en todas las esferas políticas, económicas y sociales, a fin de que las mujeres y los hombres se beneficien por igual y se impida que se perpetúe la desigualdad. El objetivo final es lograr la igualdad [sustantiva] entre los géneros”. Es exactamente este el problema principal, las personas quieren perpetuar el sistema existente pensando y ponderando por diferentes razones y creencias que es lo que funciona sin examinar desde la evidencia científica, social y cultural que la mayor causante de los problemas sociales es la desigualdad encabezada particularmente por la desigualdad de género.

            En el siglo XXI debemos encaminarnos fuera de cualquier discurso que promueva el estancamiento, la desigualdad, la violación de Derechos humanos o promueva el discrimen y el prejuicio a cualquier persona.

Referencias:

ILO Action Plan for Gender Equality 2010–15 Phase II: Aligned with the Programme and Budget for 2012–13

Gender Mainstreaming and Human Rights of Women: OHCHR policy statement (2013)

M. Lamas et.al (1996): La construcción cultural de la diferencia sexual, México,

PUEG.M. Lamas (1999): «Género, diferencia de sexo y diferencia sexual» en ¿Género?, Debate Feminista, Año 10, Vol. 20,México, edición de octubre.J. W. Scott: «El género: una categoría útil para el análisis histórico», en J. Amelang y Mary Nash (comp.) (1990):Historia y género: las mujeres en la Europa moderna y contemporánea, Ed. Alfons el Magnanim, Barcelona

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