Por: Red de Educación del MVC *
El presente nos brinda una gran oportunidad para poder responder a los problemas de fondo que nos aquejan como pueblo con una alianza amplia de país. El ámbito de la educación no será excepción. Ningún problema social y político de peso se puede resolver si la lucha no se concibe como una unión amplísima de sectores plurivocales, incluyentes de los segmentos de nuestra sociedad a los que el bipartidismo ha ignorado históricamente.
Desde el ámbito educativo, llamamos para que nutran la alianza todas las asociaciones y organizaciones que reconocen que, ante el despojo sistemático del recurso isleño –sea humano, material, social o natural-ecológico– a que Puerto Rico sigue sometido como país colonial, el objetivo, en lo tocante a la educación, debe ser el de abrazar e institucionalizar principios filosóficos educativos liberadores de nuestro colonialismo estatutario y de mentalidad.
Esa es tarea ardua. Se trata de implosionar nuestras estructuras corrompidas, refundar instituciones y de trabajar la creación de nuevos horizontes de sentido como pueblo para un mundo nuevo más nuestro y no de los enemigos del futuro de este pueblo que viven entre nosotros gobernándonos. O utilizando otra imagen, se trata de recoger el bagazo que han dejado, para nuestras actuales y futuras generaciones, los muchos actores sociales y políticos PNP-PPD que durante décadas se han dedicado a extraer del pueblo toda savia de valor con el que habríamos podido continuar construyéndonos humana, social y materialmente como pueblo puertorriqueño. Nos despojan de todo y nos obligan a remontar vuelo, a dejar el país, como última solución para la salvación individual y de nuestros hijos e hijas. Lo que va convirtiendo las condiciones en un poblicidio o asesinato sistemático de un pueblo.
Debemos apostar por que nos unamos los grupos de trabajadores de la enseñanza y de pedagogías populares (en otras palabras, de las pedagogías que atienden las necesidades apremiantes de nuestras comunidades) para fundar “otra” educación para nuestro país. Necesitamos que el magisterio ponga en tela de juicio los fundamentos sobre los que se ha construido un sistema con injustos y deliberados deterioros, en donde los únicos que se siguen lucrando son los inversionistas políticos y sus beneficiarios, todos aves de rapiña, que han usado la educación –servicio esencial y fuente de la prosperidad de los pueblos– como medio para enriquecerse, aunque esto detraiga del desarrollo de la niñez, de la juventud y del futuro completo de un país.
Antes que acusación representa un penoso síntoma de nuestra condición colonial el que gran parte de nuestro pueblo, que incluye también al magisterio, hayamos apoyado históricamente en determinados momentos (por tradición o múltiples factores adicionales) a los dos partidos que nos han traído a la miseria. Pero también somos conscientes de que ante el surgimiento de otras fuerzas de cambio, como la que representa el MVC, afrontamos el desafío de la transformación de conciencia necesaria para romper con nuestra viciada tradición bipartidista de gobierno, que nos está aniquilando como sociedad. Ante nosotros se nos presenta la oportunidad de dejar de ser espectadores para convertirnos en protagonistas en la construcción de un nuevo sistema educativo. Un sistema educativo que responda a las necesidades de nuestro pueblo, en todos los ámbitos, para que como resultado cosechemos esos cambios económicos, de autogestión política y social que necesita nuestro país. De eso se trata una alianza de país en lo educativo, a la que queremos que tú, maestro, maestra, trabajador o trabajadora educativa, te integres, en la que te hagas sentir.
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