La Salud en los bolsillos: una mirada desde el Sur

Por: Daniel Ortiz Vargas, MD

Coordinador Red de Salud del MVC
red de salud

 

La riqueza lingüística en Puerto Rico es evidente ante la diversidad de usos que ha adquirido recientemente la palabra “bolsillo”.  La experiencia vivida por muchos en el área Sur (Yauco) y otros municipios deja al descubierto una vez más las profundas desigualdades que existen en nuestro país.  Sería lógico pensar que siendo el área Suroeste donde impactó el Huracán Fiona con más fuerza, donde se registraron mayores daños en el sistema eléctrico y en el suplido de agua potable, se resolvieran los problemas con más celeridad. Sin embargo, es aquí donde más bolsillos (áreas sin energía eléctrica) se registran.  No parece casualidad que áreas urbanas donde abunda los grandes intereses comerciales hayan recibido la atención en primer orden.  Las comunidades con determinantes sociales económicos, desventajados con excepción de algunos residenciales públicos están en los bolsillos que siguen sufriendo las consecuencias económicas y sociales de esta ineficiencia. 

El gobierno y sus representantes con su presencia escénica, la promesa de ayudas federales de FEMA y la fugaz visita del presidente Biden piensan que se echaron la opinión pública al bolsillo y hasta aparentan sentirse confiados en que prevalecerán (se sienten como héroes) que salvan al pueblo de sus tragedias. De hecho, ya muchos preparan sus bolsillos para llenarlos de jugosos contratos que estarán disponibles para la reconstrucción usando cuestionables estrategias abusivas y de panismo avalados por los que ostentan el poder.

¡Que el bolsillo izquierdo no se entere lo que hace el derecho!, parece ser la consigna del gobierno y de LUMA, buscando esconder esta enorme desigualdad. De hecho, LUMA no tiene un sistema coherente de identificar las áreas que requieren atención. Su falta de preparación para estos eventos ha sido palpable a pesar de la millonaria partida de fondos que reciben y su promesa de que estaban listos.

En cuanto a la salud es evidente que el bolsillo está vacío, busca y no encuentra una forma lógica de responder a estos eventos.  No existen instalaciones públicas para atender crisis de salud.  La queja de los Centros Primarios 330, que juegan un papel importante en la provisión de servicios y que no fueron tratados como esenciales ante la necesidad de diésel para mantenerse operando y tuvieron que hacer maravillas, es otro ejemplo. La gran idea de ASES fue liberar la necesidad de referidos y permitir despachos de recetas médicas con órdenes pasadas, creando nuevamente una rotura en el cuidado coordinado.  No tienen el poder ni la iniciativa de hacer prevención, sistema de vigilancia ante las crisis emocionales, sociales producto de la emergencia y no tienen herramientas para que los proveedores se hicieran disponibles para la continuidad del servicio. Esto vuelve a poner en riesgo a las personas con enfermedades crónicas, encamadas y las poblaciones vulnerables, demostrando la continua improvisación. Las consecuencias negativas ante esta falta de coherencia y disloque de servicios, unido a la reciente pandemia de COVID, serán evidentes más adelante. 

Con tanto bolsillo son muchas las medidas urgentes que hay que tomar. Primero debemos desarrollar un bolsillo lo suficientemente fuerte para guardar todas las experiencias negativas que hemos sufrido a consecuencia de la falta de planificación de las administraciones de los gobernantes pasados y presentes. Construir un bolsillo donde podamos acomodar todas las personas, entidades, movimientos, colectividades, organizaciones culturales y cívicas que aspiren a una verdadera reconstrucción social del país y atender de manera apremiante la AGENDA URGENTE que dé prioridad a los servicios esenciales.

En cuanto a la salud, es importante: 

  1. Evaluar y aspirar a un Sistema de Salud Universal con un modelo de Pagador Único 
  2. Darle poder fiscalizador e instrumentario al Consejo Multisectorial de Salud en la planificación y evaluación
  3. Reformar el Departamento de Salud

¡¡Puerto Rico… hay que ponerse los pantalones bien puestos!! 

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