La Boa puertorriqueña ahora más que nunca necesita nuestra ayuda:

Por: Rafael L. Joglar
Profesor Universitario

Puerto Rico se encuentra en su peor momento en su historia moderna. Como nunca antes, enfrentamos retos de enormes proporciones. Lamentablemente ante estos retos, nuestros gobiernos nos presentan embelecos y soluciones que son absurdas y ridículamente equivocadas. Esto se debe en gran medida, a que generalmente están fundamentadas en ignorancia, estupidez o corrupción y demasiado a menudo, en las tres. La Junta de Control (JCF), LUMA, la Ley 22, la carbonera AES, la destrucción de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Educación y Salud, el uso de combustibles fósiles, la privatización de nuestras costas y el estacionamiento del Escambrón son algunos de estos ejemplos. Esto nos mantiene en un espiral ascendente de crisis en crisis: política, económica, social, energética, ambiental, etc., etc. A menudo criticamos al gobierno estatal y pensamos que el gobierno federal lo hace mejor. La realidad es que ambos son igualmente dañinos y tóxicos. 

Puerto Rico atraviesa la peor crisis ambiental en su historia. El cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la destrucción de hábitat, el engaño del reciclaje, y la destrucción de las costas, son seis de los 16 componentes de la definen. Y en medio de ésta crisis, se nombran secretarios aberrantes como Tania Vázquez y Rafael Machargo, dirigiendo y aplaudiendo el desmantelamiento calculado del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) para que no pueda cumplir su importante misión de proteger nuestra biodiversidad y nuestros recursos naturales. 

Y en medio de este desmadre ambiental, los federales se inventan otro embeleco absurdo y equivocado.  Me refiero a la intensión del Servicio de Pesca y Vida Silvestre Federal (USF&WS) de sacar al Culebrón o Boa Puertorriqueña (Chilabothrus inornatus) de la lista de especies amenazadas y en peligro de extinción. Según los federales, esta acción propuesta está basada en los mejores datos científicos y comerciales disponibles que indican que la especie se ha recuperado y ya no cumple con la definición de especie amenazada o en peligro de extinción. El documento de los federales continúa diciendo lo siguiente. “Desde el momento de ser listada, se han implementado leyes estatales y federales que brindan protección para el hábitat en áreas donde se sabe que habita la boa de Puerto Rico. 

A partir de 2018, aproximadamente el 16 por ciento de la isla fue designada como área protegida para la conservación. La especie ha sido documentada en numerosas áreas protegidas en toda la Isla, como en el Bosque Nacional El Yunque, los bosques estatales de Río Abajo, Guajataca, Cambalache, Vega y Maricao, administrados por el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales de Puerto Rico, así como en varias propiedades administradas por el Fideicomiso de Conservación de Puerto Rico a través de su unidad de manejo Para La Naturaleza, como el Área Natural Protegida Cuevas de El Convento.” 

No sé de dónde los federales sacan la información, para decir que la especie se ha recuperado, pero me parece que no es de Puerto Rico, ni de los puertorriqueños que hemos estudiado y trabajado para proteger esta especie tan importante. La realidad es que la especie no se ha recuperado y esto se debe a que se ha hecho muy poco, si algo, para protegerla. 

Veamos. 

Las siguientes son realidades de la Boa Puertorriqueña:

  1. Nadie o casi nadie en Puerto Rico conoce esta especie. En los últimos 22 años he llevado mis estudiantes a estudiarla y a observarla depredando murciélagos y generalmente cada año el 100% de mis estudiantes nunca la había visto, ni conocía de ella.  
  2. Excepto dos afiches, uno por el CDK y el otro por el Proyecto Coquí no se ha hecho educación ambiental sobre esta especie. Esto explica las realidades 1 y 3.  
  3. Cada vez que una Boa Puertorriqueña aparece en algún rincón de nuestra Isla o entra en contacto con humanos, casi por definición, es sacrificada. 
  4. Ya que su hábitat no ha sido protegido y no se le ha declarado hábitat crítico, la especie se encuentra en un estado muy delicado. Lamentablemente en el presente, su hábitat está más amenazado que nunca antes, debido a la crisis económica de Puerto Rico, la Ley 20 y 22, el desmantelamiento del DRNA y el cambio climático, entre otras razones.  
  5. En Puerto Rico  existen creencias culturales que trabajan en contra de esa especie. Algunas de estas son las siguientes. Las Boas Puertorriqueñas son frecuentemente sacrificadas en Puerto Rico para extraer su manteca ya que algunas personas creen que tiene propiedades medicinales. Muchas personas piensan que son venenosas y por consiguiente peligrosos y de encontrarse con ellas, no vacilan en sacrificarlas o en llamar a un “culebrero” para que sacrifique el animal y así elimine ese estorbo. Algunas personas las capturan y las mantienen en cautiverio como mascotas. Esta costumbre, por más inofensiva que parezca, para efectos de la conservación de la especie, es tan dañina como sacrificar el animal al momento de capturarlo. Ya que en Puerto Rico hay tantas carreteras y éstas llegan a cada rincón de nuestra Isla, algunos individuos son accidentalmente atropellados por automóviles u otros vehículos. 
  6. En Puerto Rico aún existen culebreros, personas que capturan y sacrifican Culebrones para extraer su manteca por razones económicas ya que la misma, se alega, tiene propiedades medicinales. En el Barrio Candelaria en Toa Baja, entrevistamos a dos.  Si en un barrio de este municipio existían dos culebreros, ¿Cuantos existirán en Puerto Rico? 
  7. Si bien es cierto que la especie se encuentra en algunas áreas “protegidas”, en realidad, no lo están.  El proyecto del Gasoducto demostró claramente que ni el DRNA ni el USF&WS protegen nuestra biodiversidad, ya que ambos respaldaron el llamado “Tubo de la Muerte”, a pesar de que impactaba una enorme cantidad y diversidad de áreas “protegidas” y especies “protegidas”. 
  8. Los eventos escandalosos del Condominio Sol y Playa, en Rincón, los de la Reserva Estuarina de Bahía de Jobos en Salinas y los de la Cueva de las Golondrinas en Aguadilla sirvieron para documentar más claramente que ni el DRNA ni el USF&WS hacen su trabajo de proteger nuestra biodiversidad. Todo Puerto Rico se enteró de esta cruda realidad. Más claro no canta un gallo. 
  9. El miedo u odio que se tiene por las culebras es otra razón de peso para no quitarle la protección que tiene la Boa Puertorriqueña. Algunas especies son perseguidas porque son temidas u odiadas. Este es el caso de las culebras en casi todas las culturas del mundo. Desde tiempos bíblicos, las culebras han representado el mal y al diablo y como tal, cuentan con una reputación negativa. En Puerto Rico, el público le teme a todas las especies de culebras, y éstas son generalmente sacrificadas cuando entran en contacto con humanos. La más perseguida y más temida de las culebras de la Isla es la Boa Puertorriqueña o Culebrón (Chilabothrus inornatus). Algunas personas creen que los Culebrones son venenosos, otras le temen por supersticiones que existen tales como que mete su rabo en la boca de los bebés que lloran, mientras le chupa la leche a su mamá, entre otras. 
  10. La ofidiofobia (como se conoce al miedo a las culebras) es muy común en nuestra especie y algo que posiblemente heredamos de nuestros antepasados. La terapia o el tratamiento más común es por medio de la exposición gradual a estos animales. Como le suelo decir a mis estudiantes: la educación puede hacer maravillas. Es por eso que la educación ambiental sobre la Boa Puertorriqueña es de vital importancia. 
  11. El mercado de mascotas y las especies invasoras en Puerto Rico son otras razones para no quitarle la protección a la Boa Puertorriqueña. Aunque en el pasado los reptiles no eran considerados mascotas populares, hoy día lo son. Según Tolson y Henderson (1993) entre 1977 y 1983 entraron a los Estados Unidos de América 4,752 individuos de diez especies insulares de Epicrates (ahora Chilabothrus, el género de los culebrones) y Tropidophis (otro género de culebras); esto a pesar que estas especies, por ser boidos están protegidos por CITES. Entre estos individuos se incluyeron nueve individuos de la Boa Puertorriqueña o Culebrón (Chilabothrus inornatus; Dodd, 1986). Según Tolson y Henderson (1993) estos números deben reflejar una pequeña porción de los individuos que en la realidad son importados a los Estados Unidos y a otros países del mundo. No debe existir la menor duda que estos números han aumentado significativamente en el presente. El mercado de mascotas ha sido responsable por la introducción y establecimiento en Puerto Rico de al menos dos especies de culebras grandes que la gente podría  confundir con la Boa Puertorriqueña: la Boa de Cola Roja (Boa constrictor) y el Pitón Reticulado (Malayopython reticulatus).  Estas dos especies y otras que seguramente se establecerán en Puerto Rico, representan amenazas serias sobre nuestra boa endémica ya sea porque la gente puede confundir la nuestra con las invasoras y las podrían sacrificar o ya sea por competencia y depredación de la nuestra. 
  12. No conocemos el estado poblacional de la especie. Decir otra cosa es faltarle a la verdad. No sabemos si la especie se ha recuperado, se mantiene igual o sus poblaciones han mermado. Debido a las realidades 1 – 11, debemos asumir que sus poblaciones están disminuyendo y la especie se encuentra muy amenazada y en peligro de extinción. Ya que no existen monitoreos a largo plazo a lo largo y ancho de todo Puerto Rico, decir que la especie se ha recuperado es un disparate. En ausencia de monitoreos a largo plazo de sus poblaciones en diferentes puntos de Puerto Rico, tenemos que seguir el Principio de la Cautela (concepto que utiliza la adopción de medidas protectoras cuando no existe certeza científica de las consecuencias de una acción determinada) y debemos proteger la especie con la mayor cantidad de medidas de conservación posible, y eso debe incluir, dejarla en la Lista de Especies Protegidas, como una Especie En Peligro de Extinción. 

Las realidades 1 – 12 representan razones importantes para no remover la Boa Puertorriqueña o Culebrón (Chilabothrus inornatus) de la lista de especies amenazadas y en peligro de extinción.  La especie debe continuar siendo considerada una Especie En Peligro de Extinción. 

La Boa puertorriqueña, ahora más que nunca, necesita nuestra ayuda. ¡Por favor, no la abandonemos! 

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