La reforma de salud que nunca fue

Por Ángel R. Villarini Jusino PhD || Coordinador de la Red de Gobierno, Administración Pública y Planificación 

Luego de 16 años de publicación de los resultados y recomendaciones de tan importante estudio, de la Comisión para el examen de la Reforma de Salud, ¿qué se logró y cómo ha cambiado la situación que el mismo describe?

Por casi tres décadas he estado vinculado en calidad de asesor en filosofía, ética y pedagogía a la investigación, revisión, innovación y creación curricular y a la formación de los docentes en programas de profesiones de la salud en diversos países. Mi labor se ha concentrado en la reconceptualización del contenido y métodos de enseñanza-aprendizaje de dichos programas, desde una perspectiva humanista de carácter crítico y emancipador. En especial, he prestado atención a la incorporación del desarrollo del pensamiento reflexivo, creativo y crítico, la investigación profesional, la conciencia ética y cívica y la conciencia ambiental y salubrista como dimensiones generales de la formación humana-profesional en salud (2006).

Probablemente fue esa labor la que llevó a que el gobierno de Puerto Rico me nombrara, a sugerencia de personas en las profesiones de la salud, como miembro, primero, del Comité de Ética de la Comisión para el Examen de la Reforma y el Sistema de Salud de Puerto Rico (2005), y posteriormente de la Junta Asesora de Bioética de Puerto Rico. 

En la década del noventa se inició en Puerto Rico la octava reforma del Sistema de Salud sin que mediara un estudio y análisis evaluativo ponderado y continuo de las implicaciones de los cambios sugeridos, según su desarrollo en las diversas áreas geográficas de Puerto Rico. Su implantación fue apresurada y no se creó un sistema de evaluación en proceso que permitiera tomar medidas correctivas, a paso que se implantaba. Tampoco se creó un instrumento de evaluación continuo y sistemático que alimentara los procesos decisorios subsiguientes.

Tanto la Comisión como la Junta surgieron en el contexto de la crisis de nuestro sistema de salud, luego de más de diez años de haberse establecido un seguro universal de salud a través de la privatización. Seguro que, aunque pudiera ser bueno en su intención de democratizar el acceso a los servicios de salud, con su privatización se habían quebrado las arcas del Estado, era severamente criticado por la comunidad médica por la difícil situación económica y ética en que la había colocado, no había logrado disminuir la incidencia de enfermedades contagiosas y crónicas, y mantenía disgustado incluso a un alto por ciento de los ciudadanos que se habían beneficiado porque entendían que se les trataba con pacientes de segunda categoría. 

En respuesta a esta situación se creó en 2005 por el Gobierno de Puerto Rico la Comisión para el Estudio de la Reforma de Salud para llevar a cabo una evaluación abarcadora de la situación prevaleciente al 2005. La cual llevó a cabo la investigación e identificación de posibles factores causales, a la luz de indicadores de éxito como es la efectividad, la eficiencia y la equidad y a través del diagnóstico situacional estratégico y la determinación de propuestas de cambio pragmáticas; a la luz de la información recopilada de fuentes primarias y secundarias. Algunos de los hallazgos del estudio fueron los siguientes:

  • Se comprobó estadísticamente que la proporción de pacientes satisfechos con los servicios de salud recibidos con Reforma fue significativamente menor que la de los pacientes con planes privados.
  • En general, se observa un manejo inadecuado en las diferentes pruebas para los pacientes de diabetes: Monitoreo de neuropatía, Prueba HbA1C, Control de Azúcar y Control de Colesterol.
  • En general, se observa un manejo inadecuado en las diferentes pruebas para los pacientes de diabetes: Monitoreo de neuropatía, Prueba HbA1C, Control de Azúcar y Control de Colesterol.
  • En términos generales, se concluye que en prácticamente todos los indicadores de la efectividad del cuido (a excepción de Visitas Prenatales en el Primer Trimestre), el Plan de Salud del Gobierno de Puerto Rico, está por debajo de los niveles esperados.
  • Poblaciones vulnerables tales como: pacientes de salud mental, trauma, drogodependientes, niños, niñas, adolescentes y pacientes con condiciones. complejas (Ej. cáncer, fallo renal permanente y cardíacos) que no tienen acceso cabal a los servicios que necesitan y son discriminados de diversas maneras.
  • El por ciento elevado de querellas por razón de denegación de medicamentos, servicios y de no referidos a especialistas, que se reporta en las cifras, sin lugar a dudas implica y aumenta la probabilidad de maleficencia y daño a pacientes.
  • Se identificaron tres fallas del sistema que dejan al paciente/usuario totalmente desprovisto de las herramientas indispensables que le permitan asumir el control del cuidado de su propia salud: la eliminación o alto racionamiento de servicios para reducir costos; que el Sistema de Salud está diseñado para reaccionar a las enfermedades agudas, descuidando el cuidado preventivo; y que los usuarios no tienen acceso a los conocimientos -falta de información/educación- indispensables para asumir responsablemente el control sobre el cuidado de su propia salud.
  • Fragmentación del Sistema que se manifiesta, por ejemplo, en la carencia de guías y protocolos unificados por las distintas aseguradoras, o en el uso ineficiente e irracional de los recursos, ya que los servicios no están integrados en un modelo global que trascienda los breves límites de la prestación de servicios remediadores

Ante este cuadro de limitaciones y fallas de la Reforma, el Comité propuso medidas de cambio como las siguientes:

  • La reforma del Sistema de Salud debe verse como un proceso continuo y permanente analizable en términos de episodios de  conflictos éticos y políticos que deben examinarse y orientarse desde la perspectiva del establecimiento de un Sistema de Salud que responda a profundos valores éticos resumidos en el derecho a la salud.
  • Es imprescindible que la reforma de salud instaure un modelo salubrista emancipador, apostestador, preventivo y proactivo en el que el modelo médico se enmarque. La médula del modelo salubrista deberá ser la formación de una ciudadanía y profesionales con clara conciencia acerca de los beneficios de la salud para la población en general.
  • Crear una Comisión Nacional de Bioética que asesore a las ramas ejecutiva, legislativa y judicial sobre los aspectos éticos de los servicios de salud, las políticas ambientales y la promoción de la investigación científica y la tecnología.
  • Imponer sanciones severas a toda persona responsable de negarle servicios, referidos y medicamentos justificados a pacientes pobres.
  •  Organizar una campaña de educación dirigida a pacientes para potenciar su autonomía en la toma de decisiones relacionadas con su salud.
  • Desarrollar un modelo participativo en la formulación de políticas de salud y lograr que el sistema funcione como una alianza entre el Gobierno, la comunidad de pacientes, los grupos profesionales y las corporaciones privadas de cuidados de salud.
  • Además del compromiso ético del médico con el bienestar del paciente, urge que el Departamento de Salud implante una política sostenida de educación en salud, promoción de estilos de vida saludables, protección de la salud, prevención de enfermedades y de medicina preventiva. 

Luego de 16 años de publicación de los resultados y recomendaciones de tan importante estudio, de la Comisión de la Reforma de Salud, ¿qué se logró y cómo ha cambiado la situación que el mismo describe?

La administración PPD (2005) que ordenó el estudio se limitó a establecer por órdenes ejecutivas y sin asignar fondos la Comisión de Bioética y la adopción como política pública del Departamento de Salud la educación profesional y ciudadana orientada al fomento de la conciencia salubrista. El gobierno PNP que le siguió, desmantelo la Comisión de Bioética y descartó la política pública adoptada. El propio PPD al recuperar la gobernación (2013) ignoró los hallazgos y recomendaciones de la Comisión.

A la altura del 2022 los hallazgos de la Comisión siguen siendo válidos. Como señala el «posteo” del Dr. Pérez Cortes, que se reproduce en otra sección del presente número de La Revista Ciudadana: “(1) les salen a los pacientes con que le cubre el plan estas 2 medicinas, pero la 3ra. no, (2) tienes que esperar que el plan te la autorice y pueden pasar 24 horas a una o dos semanas, suficiente para que los niveles en sangre del ingrediente activo del medicamento disminuyan y se retrasa la mejoría del paciente, (3) estudios especializados de enfermedades catastróficas pueden tardar meses para la autorización y mientras tanto la neoplasia termina comiéndose a nuestro paciente.

De igual modo, las recomendaciones de la Comisión siguen en espera que un nuevo gobierno que no responda al bipartidismo PNP-PPD, ni, como éstos, a las aseguradoras privadas de salud, que antes que nada lo son de sus ganancias, tenga la voluntad política de establecer el Sistema de Salud Universal que reclama y merece nuestro pueblo.

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