Hacia la construcción de un sistema de salud universal, eficiente y democrático

Por Carmen Albizu MD || Red de Salud del MVC

La evidencia es contundente en que el país necesita un cambio fundamental en la prestación de servicios de modo que estén integrados y centrados en las necesidades de las personas y las comunidades y no en primar el lucro del sector corporativo.

Nos aprestamos en nuestra “Agenda urgente” a atender la necesidad de contar con un sistema de salud que priorice la salud de toda la población a través de modelos que provean beneficios con costo eficiencia. La salud es esencial para el desarrollo sostenible. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció el fortalecimiento de los servicios de salud como una de las estrategias centrales de su plan para el 2014-2019. Los servicios de salud comprenden todos los que se proveen a lo largo del curso de vida para atender la promoción de la salud, la prevención, tratamiento, rehabilitación y cuidado paliativo. Incluye aquellos ofrecidos por organizaciones y agencias en la comunidad para promover salud física, mental y social y los curativos organizados desde el nivel primario hasta los altamente especializados en hospitales terciarios a los que llegan pacientes que requieren intervenciones más complejas.  

El plan estratégico de la OMS atiende también recomendaciones para que los países miembros puedan sostener esta red integrada de servicios multi nivel mediante un sistema de gobernanza que provea cobertura universal para que todes en sociedad puedan acceder a los servicios que necesitan sin sufrir de dificultades financieras. Se pretende reducir el riesgo de caer en la pobreza por tener que enfrentar enormes gastos para sufragar tratamientos costosos que agotan los bienes necesarios para la seguridad económica de la persona afectada y su familia. En Estados Unidos, según reporta el American Bakruptcy Institute, los costos de servicios de salud constituyen la causa principal de quiebra personal.  

La OMS enfatiza en que proveer cobertura universal para la salud requiere, además de fuentes de financiamiento, política pública estratégica regida por un sistema efectivo de gobernanza que garantice supervisión eficaz, formación de coaliciones, regulación, atención al diseño del sistema y rendición de cuentas. Para ello recomiendan contar con la participación colaborativa de tres sectores: el estado (organismos gubernamentales a nivel central y en Puerto Rico sugerimos a nivel municipal); prestadores de servicios de salud (de servicios de salud clínicos, paramédicos y no clínicos públicos y privados con y sin fines de lucro; sindicatos y otras asociaciones profesionales; redes de atención o de servicios) y la ciudadanía que utiliza los servicios de salud (representantes de la población, asociaciones de pacientes, organizaciones no gubernamentales y comunitarias, asociaciones de ciudadanos que protegen a poblaciones vulneradas, etc.).  

El diseño, manejo y evaluación de la ejecutoria de un sistema integrado y coordinado requiere de muchos componentes.  Los servicios a todos los niveles deben ser culturalmente sensibles, respetuosos de los derechos del paciente y beneficiosos. La infraestructura requiere financiamiento que distribuya riesgos y evite la selección adversa, asunto que puede atenderse con un seguro universal que incluya a todes en la población. Además del recurso económico para sufragar los costos, se requiere acceso geográfico basado en necesidades y con horarios de servicios que faciliten la utilización. La fuerza laboral debe contar con las competencias necesarias para rendir servicios sensibles de calidad y distribuirse para asegurar la combinación óptima de habilidades requeridas por los niveles de servicios preventivos y curativos. Las condiciones laborales, incluyendo remuneración, deben propiciar compromiso y satisfacción con el empleo. 

Evaluar la implementación y resultados de la política de salud es esencial y hay que proveer financiamiento para integrar la evaluación en el monitoreo de procesos, evaluación de resultados e informar sobre los factores que inciden en ambos para gestionar mejoras informadas por datos fiables. El gobierno federal de EE UU ha estado integrando en las agencias públicas un/a “Chief Evaluation Officer” ante la histórica pobre rendición de cuentas sobre los resultados de programas financiados con fondos públicos. Él o ella es responsable de coordinar los esfuerzos de recopilación de evidencia y alentar evaluaciones independientes de alta calidad en todas las unidades de la agencia federal, propiciando la integración de la evaluación para institucionalizar una cultura de construcción y aplicación de evidencia en la toma de decisiones. Tenemos que contar con una infraestructura robusta de datos disponibles acopiados en un almacén de datos con capacidad para manejar el volumen, velocidad y variedad de datos necesarios para respaldar la identificación de necesidades y resultados de las gestiones del sector salud. 

Elaborar para Puerto Rico un modelo de un sistema de salud que responda a estas necesidades requiere esfuerzos interdisciplinarios y participación de múltiples sectores para asegurar que sea responsivo y viable. Ya se están dando pasos para identificar modelos para financiar los servicios curativos. La tarea es ardua, pero no imposible y estamos prestos para encaminarnos a lograr cambios.  La evidencia es contundente en que el país necesita un cambio fundamental en la prestación de servicios de modo que estén integrados y centrados en las necesidades de las personas y las comunidades y no en primar el lucro del sector corporativo.

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