Aniversario 247 de la Declaración de Independencia de EEUU

Este año se conmemora el 247 aniversario de la Declaración de Independencia de Estados Unidos de América. Anteriormente había publicado sobre este tema en 2016 y en 2018. Lo he hecho por ser independentista, ya que esa declaración sirvió de ejemplo para otros movimientos de liberación nacional, por lo que muy bien podemos aprender de aquel proceso, seamos independentistas o no.

Con el pasar de los años, las organizaciones políticas que más promovían conmemorar esta fecha, principalmente los movimientos estadista y estadolibrista, han ido reduciendo esa conmemoración al punto de que en un repaso que hice en la prensa de hoy, 4 de julio de 2023, solo encontré la nota sobre la actividad oficial del gobierno y un artículo de opinión de Orlando Parga, ex-legislador estadista, lamentando que ya no se celebra esta fecha con las grandes marchas militares que presencio en su niñez en la década de los 1950; recuerdo haber participado en una marcha similar en la avenida principal de Bayamón a principios de los 1960.

Contrasten el amainado interés por esta fecha mencionado anteriormente con el anuncio en medios digitales de una actividad de conmemoración de esta fecha en el pueblo que resido, Cabo Rojo, por un grupo de organizaciones independentistas y libreasociacionistas. Sin embargo, este último reconocimiento paradójico de la importancia de la independencia de EEUU por parte de independentistas puertorriqueños no es nuevo, el mismo año de la invasión de EEUU a Puerto Rico un independentista llegó de su autoexilio uniéndose a estadistas para iniciar la Liga de Patriotas Puertorriqueños.

Recientemente comencé un proceso investigativo sobre la Liga de Patriotas Puertorriqueños. Mi interés principal es entender qué causó que ese esfuerzo fracasara tan pronto, en menos de 2 años, y así poder evitar que fracase un proceso similar en el futuro cercano.

La Liga fue un proceso muy aleccionador porque demostró que independentistas como Hostos y anexionistas como Roberto H. Todd podían trabajar juntos en el objetivo de que el gobierno recién establecido por EEUU se moviera pronto de un gobierno militar hacia el establecimiento de un gobierno civil temporal, para que se estableciera un proceso de educación en civilidad de nuestro pueblo, y para que eventualmente se organizara un plebiscito de tal modo que, un pueblo de Puerto Rico culto en instituciones y valores de soberania política, escogieran entre la estadidad con EEUU y la independencia de Puerto Rico (en esos momentos no se contemplaban otras opciones de estatus pues el autonomismo no aplica dentro de EEUU, no existian aun los pactos de libre asociación con EEUU y el ELA aun no había sido inventado por EEUU).

Hostos tenía muy claro en dónde residían las bondades políticas y administrativas de EEUU. Alabó los principios estadounidenses de: todos tienen derecho a la vida, a la libertad y a la felicidad; la fuerza y el poder de los gobiernos descansa en la voluntad de los gobernados; si no hay representación no hay impuestos; y los poderes están limitados por los derechos.

Para Hostos, en aquellos tiempos iniciales del control de EEUU sobre Puerto Rico, no habían las condiciones propicias para una independencia o para una estadidad inmediata. Entendía que los cuatro siglos de colonialismo español habían sido internalizados profundamente en la mente de nuestra gente y, por lo tanto, un cambio inmediato de estatus a la independencia o a la estadidad con EEUU no mejoraría las condiciones para lograr un Puerto Rico próspero y autogestionado por los propios puertorriqueños. Los auspiciadores de la Liga consensuaron que era necesario un proceso de transformación al que llamaron «americanización».

La propuesta de «americanización» por la Liga consistiría, no de asimilación cultural o de sustitución del coloniaje español por uno estadounidense, si no de ajustar las instituciones y actitudes estadounidenses efectivas a las condiciones en Puerto Rico, incluyendo: 1. modificar la organización social, 2. cambiar de régimen economico, 3. sustituir los principios de organización política a la española con la del sistema americano de gobierno, 4. simplificar la administración pública, 5. reformar la instrucción y transformar la educación pública, 6. modificar las costumbres sociales y políticas, y 7. Llenar de instituciones jurídicas y culturales a todo el país.

Es conveniente contrastar la estrategia educativa de la Liga («americanización») con la del gobernador de ese momento, impuesto por EEUU, el General Henry. Cito a Henry, «Muchos de los problemas que he experimentado en Porto Rico, fueron causados por americanos. Me dieron más problemas que los nativos. Mi idea no es americanizar, sino colonizar la isla.» Para Henry «colonizar» implicaba educar a los puertorriqueños para que se convirtieran en los mejores guardianes de los intereses estadounidenses (El Jefe; Vázquez 2023). El puertorriqueño Hostos quería «americanizar» en los valores más altos de los EEUU mientras el estadounidense Henry quería indoctrinar para controlar mejor a los puertorriqueños.

Los patriotas de la Liga, tanto independentistas como estadistas, no tardaron en ser defraudados por los gobernantes impuestos por EEUU durante 50 años y por la negativa de las instituciones de las tres ramas de gobierno de EEUU para propiciar las prácticas democráticas que llevaron a los EEUU a ser la nación que era en ese momento. Hoy, independentistas, libreasociacionistas y estadistas seguimos defraudados por la nación que surgió como el paladín de la democracia en 1776, que continúa imponiéndonos su mollero y esquivando su responsabilidad de enfrentar con honestidad y firmeza la solución a nuestra condición colonial. Pero esta situación no tiene por qué continuar igual. Los anticolonialistas de hoy podemos aprender de la Liga de Patriotas Puertorriqueños, y partiendo de lo aprendido durante los pasados 125 años de coloniaje estadounidense, reflexionar sobre nuestra situación, evaluar acciones concertadas y construir un proceso similar al de la Liga para alcanzar una verdadera descolonización de Puerto Rico que, como Hostos comprendió, no solo consiste de un cambio de estatus político sino también una transformación de la mentalidad de los y las puertorriqueñas de oprimidos a seres libres.

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