Por una renovación de la enseñanza de la Historia

Hay personas que creen que los hechos históricos son producidos por los grandes hombres, y resulta que es al revés; son los hechos históricos los que producen a los grandes hombres. 

—Juan Bosch


Hace un par de décadas llevé a cabo un estudio para el Departamento de Educación de Puerto Rico sobre la experiencia escolar de las y los estudiantes. Una de las preguntas formuladas al estudiantado de niveles medio y superior fue «¿Cuál es tu asignatura preferida y cuál es la menos? La preferida resultó la de Ciencias Naturales, la menos la de Estudios Sociales o Historia. Desconozco si esa sigue siendo actualmente al situacion. Las principales razones para ello, indicadas por el estudiantado, fueron el contenido poco interesante o pertinente a sus intereses y los métodos y materiales de enseñanza. Por otro lado, la investigación y narrativa histórica ha cambiado dramáticamente en las pasadas décadas tanto en sus propósitos, como en los objetos y el modo de estudiarlos. En consecuencia, debería cambiar también los de su enseñanza. A ambas necesidades, la de hacer pertinente y actualizar la enseñanza de la Historia en la escuela, responde el presente trabajo.

¿Por qué estudiar la Historia? ¿Para qué sirve?

Como profesor universitario por décadas me correspondió enseñar un curso titulado «Humanidades» que tiene como objeto de estudio la historia y cultura de la civilización occidental. Ese curso fue el laboratorio en que aprendí lo que sé acerca de la educación y el educar. Uno de los más importantes, cómo lograr que las y los estudiantes entendieran, valorarán y desarrollaran gusto por el estudio de la Historia. Usando diferentes actividades intentaba que dieran respuesta a las preguntas de qué estudia y para qué sirve la Historia. Mi propósito consistía en que llegaran a las siguientes conclusiones sobre la importancia del estudio de la Historia para su desarrollo personal y ciudadano:

1. Los humanos somos doblemente históricos, primero por lo que nos pasa o vivimos, nuestra historia; segundo, porque «nos vivimos»; somos seres de conciencia que interpretamos la historia de nuestra vida y hacemos su narrativa o Historia.

2. La historia ocurrida y la Historia explicada o narrada no siempre coincide. Se producen interpretaciones históricas distorsionadas o parcializadas para favorecer ciertos puntos de vista, visiones de mundo o intereses de sectores.

3. Nada humano (objeto, persona, institución, sociedad o humanidad), se entiende o aprecia si desconocemos su historia y hacemos interpretación de la misma, su Historia.

4. Aprendemos a ser entes reflexivos, creativos y críticos (solución de problemas y toma de decisiones) aplicando el método histórico para evitar y repetir en el presente o el futuro los errores del pasado; con ello desarrollamos la conciencia y las competencias ciudadanas

5. Conocer la historia de algo nos permite entenderlo en sus causas y características, hacer su Historia, y ayudar a preservarlo o cambiarlo.

6. Distinguir entre lo natural y lo cultural (artificio humano) y con ello ampliar el ámbito de nuestra libertad y capacidad de transformación de la realidad y mayor y mejor control de tu vida individual y colectiva.

7. Generar comunidad, sentirnos parte de una comunidad, pueblo o Estado-nación, a partir de una historia vivida e interpretada como historia común.

8. Trascender el aquí y el ahora y reconocernos como parte de procesos de largo plazo del desarrollo de la especie humana ( ya sea desde una perspectiva religiosa o científica) a la que debemos lo que somos y ante la cuales tenemos responsabilidades de continuar mejorando.

9. Desarrollar actitudes de humildad, esperanza y gratitud ante la vida compleja natural y cultural de la que somos producto y que solo conocemos interdisciplinariamente y nunca por completo.

10. Divertirnos, satisfacer curiosidad, entretenernos con la lectura o investigar históricos..

Juan Bosch, aunque no tuvo formación académica en Historia, fue un extraordinario historiador que comprendió como pocos la importancia de ésta, de sus propósitos, objeto de estudio y método y la aplicó para beneficio de su pueblo. En 1963 conmemorando los 100 años del inicio de la Guerra de la Restauración, ya presintiendo el golpe de Estado que se dará a su gobierno, pronuncia dos extraordinarios discursos, uno en Capotillo y otro en Santiago. En ellos nos ofrece un magistral ejemplo de los propósitos de la Historia como estudio de y para la construcción de personas, pueblos, naciones y democracia’.

En Capotillo ubica su gobierno de «verdadera democracia» en el contexto del proceso histórico iniciado por los trinitarios y continuada por los restauradores como una agenda inconclusa que el pueblo debe completar:

Hoy, hace 100 años de distancia, estamos aquí rindiendo homenaje a los héroes de Capotillo y somos conscientes de que, si estamos en este momento hablando ante ustedes y ante la representación del Ejército restaurador, que está ahí en frente, y ante todo El País que nos escucha, lo debemos también a los restauradores, porque sin ellos no hubieran hecho esta República el pueblo no hubiera sido libre para elegir libremente un gobierno constitucional. Es así como a la distancia de 100 años el árbol que ellos sembraron está dando frutos. Ellos conquistaron la libertad nacional para todos los dominicanos y nosotros tenemos que darle a esa libertad nacional la sustancia necesaria para que nuestro pueblo pueda sentarse en primera fila entre los pueblos libres de América y pueda sentarse con justificado orgullo. Esa sustancia es la justicia social.

En su discurso en Santiago hace uso de la Historia como una forma de expresión de gratitud y para que el pueblo reconozca el momento de trascendencia histórica que vive la República y la responsabilidad que tiene de defender la libertad y la democracia por la cual los restauradores lucharon:

Los dominicanos de hace un siglo no podían ser menos que nosotros. Fueron mucho más, y por eso estamos hoy en esta ciudad de Santiago de los caballeros rindiendoles el homenaje de nuestra gratitud, de nuestra admiración. […] la trinitaria fue la siembra de una pequeña clase media que dio frutos para esa clase solo cuando los restauradores pudieron tomar el poder a partir de 1865 […] es la ocasión de señalar algunos puntos importantes que saltan a la vista como lección que todo dominicano consciente debe aprender para no olvidar jamás […] Hoy, 100 años después del 16 de agosto de 1863, se reanuda la historia Dominicana en el punto en que quedó trunca cuando el ideario de los restauradores se precipitó hacia el abismo de la tiranía bajo el mando de Ulises Heureaux.

Desde el 1808 hasta ahora la República ha venido debatiéndose entre avances de una revolución a veces oculta y a veces expresada, y los triunfos de una reacción siempre prepotente que no quiso abandonar el castillo de su poder ni con Sánchez Ramírez, ni con Santana, ni con Heureaux, ni con Trujillo. Al cabo de más de siglo y medio nos encontramos hoy con la democracia en las manos como un instrumento con el cual podemos edificar la patria justa y libre y hacer la revolución necesaria que quiso realizar la generación de la trinitaria …

¿Cuál es el objeto de estudio de la Historia y debe ser el contenido de la clase de Historia?

El tener claros los propósitos de su estudio nos ayuda a comprender no solo por qué estudiarla sino también qué es la Historia, cuál es su objeto de investigación: La Historia es el estudio científico (empírico-racional-crítico) de la actividad y desarrollo del ser humano en espacio y tiempo; el ser humano como producto de la interacción entre naturaleza (genética-evolución-geografía), sociedad (vida en comunidad-trabajo-intercambio) y cultura (lenguaje-saberes-educación) en espacio y tiempo pasado, presente y futuro. De esa interacción resulta nuestra común humanidad y la diversidad en las tribus, familias, pueblos, naciones, las personas como ciudadanos o ciudadanas sujetos de libertades, derechos y obligaciones, y la personalidad individual y única de cada cual. Cualquier de esta formas o productos de la humanidad puede ser objeto de estudio de la Historia. Por ejemplo, como acertadamente señala Bosch en referencia a los pueblos: En lo que un pueblo es hoy está proyectado todo lo que fue antes, desde sus orígenes, y está proyectada también la imagen que él tiene de su futuro, o lo que es igual, lo que él desea ser. Para conocer al pueblo hay que conocer, de la manera más amplia posible, lo que fue y lo que quiere ser… Sobre esa actividad y desarrollo en espacio y tiempo la Historia investiga fuentes que permitan describirla e interpretarla en sus elementos, estructura, causas y efectos.

Este proceso de actividad y desarrollo humano en espacio y tiempo se hace claro en la historia de cada persona (biografía) que es parte de otras historias: su familia, pueblo, civilización, humanidad.Al respecto señala Bosch en su investigación histórica sobre Rafael Leonidas Trujillo y su dictadura: En un estudio sobre Trujillo, la buena técnica biográfica ordenaba iniciar la obra por los orígenes biológicos del personaje. Pero sucede que cuando el personaje nació, y aún antes de que llegaran al país sus primeros antepasados, ya la sociedad dominicana estaba deformada y la deformación sirvió de molde a la sique de Trujillo. Puede decirse que en el sentido psicológico el Trujillo mismo nació antes que Trujillo.

Cualquier actividad o producto de la actividad humana en espacio y tiempo, incluida la persona misma puede ser objeto de la investigación histórica. En mi curso universitario de Humanidades el trabajo final consistía en hacer una investigación sobre lo que los estudiantes prefirieran. La mayoría optaban por temas de interés particular, como los familiares, por ejemplo: «Historia de como en mi familia las madres educaban a sus hijas en temas de sexualidad: de mi tatarabuela a mi madre»; «Historia de cómo se trataba a los fallecidos desde su muerte hasta su entierro y por qué y cómo se originó y desarrolló el negocio de funeraria de mi familia: 1920-1990». Otros u otras preferían temas muy específicos, por ejemplo: «Historia del diseño del servicio sanitario (baño) y su importancia en los hogares como símbolo de estatus en relación con el desarrollo económico y social de Puerto Rico»; «Historia del espiritismo en el pueblo de Hatillo: la Escuela Faro de Luz». Otros u otras optaban por temas personales: «Historia de mis parejas (novios): machismo, maltrato y traición. ¿Mala suerte o faltas en mi elección debido a la formación histórica de mi personalidad?»; «Historia de mi afán por el dinero y el consumo superfluo: causas históricas sociales, familiares y personales»

Como asignatura escolar o universitaria, la Historia es el principal contenido de estudio para construir ciudadanía y competencias para la democracia. Para lograrlo, la clase de Historia debe promover un proceso de enseñanza que promueva el aprendizaje de:

  • La competencia conciencia histórica crítica (competencia) como dimensión de desarrollo personal y ciudadano.
  • El método histórico como forma de construir conocimiento para interpretar la realidad social en forma crítica
  • Las estructuras, fuerzas, instituciones, procesos, eventos y acciones surgidas en espacio y tiempo que como causas y efecto nos permiten entender el pasado, el presente y el probable futuro de cualquier actividad u objeto humano.
  • La propia vida de las y los estudiantes, sus familias y comunidades como resultado de procesos y eventos históricos más amplios regionales, nacionales, continentales, internacionales y universales.
  • Temas y problemas de la actualidad, pertinentes personal y socialmente, examinados históricamente.
  • El desarrollo de los diversos pueblos, naciones, civilizaciones y los sistemas sociales de los que somos parte constitutiva.
  • Los aciertos y errores del pasado para emular los primeros y no repetir los segundos.
  • La complejidad e interdisciplinariedad de todo lo humano en tanto producto histórico.

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