Entrevista a Rafael Bernabe, parte 2

En la segunda parte de la entrevista el senador Rafael Bernabe y el Pastor Julio Álvarez analizan el significado de la alianza y discuten el tema del acceso a la salud y del aborto.

Julio Álvarez: Yo hoy compartí en mi espacio en las redes (y le decía también a usted previo a esta entrevista) que detrás de muchas de mis posiciones hay una experiencia en un banco donde trabajé por muchos años. Vi a una compañera que sufría un derrame cerebral al lado mío, debido precisamente al exceso de trabajo. Yo tenía más de 100 tareas diarias y tenía que llevarme trabajo para mi casa, las herramientas de trabajo eran deficientes. Claro, mi experiencia en aquel lugar no se compara con lo que vivieron en una fecha histórica que fue el 25 de marzo de 1911, que más de 129 mujeres murieron quemadas en la fábrica Triangle Shirtwaist. Recordaba ese dato histórico cuando vi la oposición de algunas personas en el Senado de Puerto Rico a ese proyecto que usted mencionó ahorita para educar al estudiantado en las escuelas sobre el derecho a sindicalizarse. Había una oposición ignorando ese dato histórico y a veces se argumenta que hay líderes sindicales o han habido líderes sindicales en la historia que han sido corruptos para descartar la sindicalización y eso me parece un argumento bien irresponsable, bien insensible es como decir que porque existen abogados corruptos los pobres no deben tener a nadie que los defienda. Y en verdad, no entiendo cómo es posible que alguien que diga defender a la familia y que diga defender a la niñez, puede estar de acuerdo con que se ponga en jaque el techo y el plato de comida que se le sirve sobre la mesa. 

Esa reforma laboral del 2017, una de las cosas que establecía es que aumentaba el periodo probatorio de tres meses hasta un año o más. Todo ese tiempo sin derecho a un plan médico del patrón, si gana unos centavos más, tampoco a la tarjeta de salud del gobierno. ¿Qué manera de defender a las familias es esa? 

Rafael Bernabe Riefkohl: Estoy totalmente de acuerdo. Mucha gente levanta la bandera de la defensa de la familia, como el Proyecto Dignidad, y no se da cuenta que precisamente lo que más agrede a las familias — del tipo que sea — son precisamente las políticas patronales y neoliberales que hemos vivido durante muchísimo tiempo. ¿Qué afecta más a la familia que el hecho de que los padres y las madres  tengan salarios inadecuados, que tengan jornadas de trabajo larguísimas, que no tengan un seguro médico adecuado, que estén tan cansados y cansadas después de trabajar que no puedan atender a sus hijas e hijos? 

Todas esas cosas destruyen la familia, fomentan la desunión, fomentan la falta de relaciones emocionales adecuadas y normales entre las personas. Entonces se habla de defender las familias y lo único que se habla es de las cuestiones reproductivas, o de limitar los derechos de las mujeres, atacar el feminismo, en vez de estar enfocándose en quienes realmente están destruyendo las familias: los patronos y los sectores empresariales que no quieren que las familias tengan un salario adecuado, que las familias tengan tiempo libre, pensiones adecuadas, que las empresas provean cuidado digno a la ninez preescolar para que las madres y los padres puedan trabajar tranquilamente. Es decir, si queremos defender la familia, como tú señalas, tenemos que empezar con que los miembros de la familia tengan buenos salarios y tengan seguro médico y tengan vivienda adecuada y tengan tiempo libre suficiente y todos los elementos que el tribunal ha señalado. 

Julio Álvarez: Eso es así senador, y pues yo tengo que decirle que conozco alguna gente muy buena entre los electores del Proyecto Dignidad, pero la postura que la delegación de ese partido en el Senado ha sido una que podemos calificar de anti obrera. 

Rafael Bernabe Riefkohl: Eso es un dato interesante que tú señalas. Antes de las elecciones, cuando surgió el Proyecto Dignidad, mucha gente pensaba, yo incluido, que el Proyecto Dignidad, como sabemos, tiene una agenda muy conservadora en temas de los derechos de la comunidad LGBT, en términos del derecho al aborto, en términos de las concepciones que tienen de la sexualidad, de la educación sexual, todas esas cosas tienen una serie de posiciones muy conservadoras, todo el mundo lo sabía. Pero alguna gente tenía la idea de que quizás en otros temas como en los temas económicos, como en los temas sociales que tienen que ver con el movimiento obrero, los derechos laborales, el ajuste de la deuda, que en esos temas quizás podían tener unas posiciones más progresistas, que no necesariamente fueran posiciones tan distintas a las nuestras. 

Pero no, lo que se ha confirmado es que son igual de conservadores, igual de reaccionarios en todo. Un culto del mercado, un culto de las políticas neoliberales, de que cada familia debe arreglárselas por su cuenta, de que la intervención del estado en la economía es algo negativo, que lo que queremos es poner en control del estado sobre todo. Es decir, todo el discurso neoliberal de derecha también lo hemos visto como parte de su agenda. Así que han sido más consistentemente conservadores de lo que yo pensaba, lamentablemente. Porque es lamentable estar en esa posición. 

Julio Álvarez: Y ‘neoliberal’, para la gente que no sabe lo que es, lo definimos sencillo: es quitarle a los pobres para darle a los ricos. 

Rafael Bernabe Riefkohl: Quitarle a los pobres para darle a los ricos, y la idea de que el mercado y la competencia van a arreglar todos los problemas de la sociedad. Es la política a favor de la privatización, que todo sea un negocio y que el estado no debe intervenir para redistribuir las riquezas, que el estado no debe intervenir para planificar el desarrollo económico, que el estado no debe ponerle límites a lo que las empresas puedan hacer en términos de despedir trabajadores, de destruir el ambiente, o lo que sea, porque la intervención del estado es algo negativo en la economía. Esas políticas neoliberales son las que nos han traído a la crisis que estamos. Esas políticas neoliberales son las que se han implantado durante los últimos 40 años y estamos viviendo las consecuencias. 

Julio Álvarez: Entonces se utiliza el tema del socialismo como un cuco. Yo siempre he explicado que somos una alianza de sectores. De hecho hay una biografía de Luis A. Ferré por Guillermo Díaz Baralt recomendada por su hijo, Antonio Luis Ferré. Y esa biografía de Guillermo Díaz Baralt en la página 30 dice que Luis A. Ferre en un momento dado hizo una alianza con el Partido Socialista de Santiago Iglesias Pantín. Luis A. Ferre, el fundador del Partido Nuevo Progresista. Ese dato histórico, que quizás el liderato del PNP no quiere que el pueblo sepa, demuestra que las alianzas entre personas con diversas ideas son posibles con un fin común. En Victoria Ciudadana, por ejemplo, yo puedo decir, en mi carácter personal, que soy socialista. Pero no todo el Movimiento lo es. En lo que sí concordamos es en que los servicios esenciales que el pueblo necesita para sobrevivir no deben privatizarse, porque entonces derechos básicos como la salud se convierten en mercancía. Es una injusticia que la quimioterapia de un niño dependa del cálculo de ganancias de los dueños de una aseguradora para decidir si lo van a dejar morir o si se van a comprar un yate más al negarle el tratamiento.

Ese es otro tema que yo quiero abordar, el tema de la salud, que todavía no sé cuál sería la postura del Proyecto Dignidad. Tendría que preguntarle a ellos sobre la salud pública. Sobre si creen, como nosotros creemos, que los hospitales públicos pudieron y debieron mejorarse en vez de venderse y que yo tuviera que esperar 15 horas para que mi madre, que partió con el señor el año pasado, recibiera un electrocardiograma después de que llegó con dolor de pecho allí, porque no había casi personal que la atendiera, hay dos enfermeras por piso.

Rafael Bernabe Riefkohl: Sí, ese es un tema bien importante. Antes de entrar en eso, reitero lo que tú dijiste: que el Movimiento Victoria Ciudadana, precisamente una de sus características (y uno de sus méritos, a mi modo de ver) es que es un Movimiento amplio, es un Movimiento diverso, en el cual hay unos puntos de acuerdo y hay diferentes posiciones con respecto a otros aspectos. Podemos convivir dentro de esa diversidad. Eso se ve, por ejemplo, en el tema del estatus. Todos estamos conscientes de que Puerto Rico tiene una relación colonial con Estados Unidos, que tiene que salir de esa relación colonial, que tiene que darse ese proceso. Pero en el Movimiento hay personas que defienden diferentes alternativas de estatus. Hay estadistas, hay independentistas, hay defensores de la libre asociación. Lo mismo con las cuestiones socioeconómicas. 

Todas las personas que estamos en el Movimiento Victoria Ciudadana estamos en contra, como tú señalaste, de las políticas neoliberales, de ese capitalismo salvaje que hemos estado viviendo por mucho tiempo. Dentro de esa base común del rechazo de ese capitalismo salvaje hay diferentes matices. Hay algunos que legítimamente piensan que basta con detener las políticas neoliberales. Simplemente no seguir aplicando esas políticas neoliberales. Hay quienes piensan que además de dejar de impulsar las políticas neoliberales hay que introducir toda una serie de reformas adicionales. Y hay quienes piensan que la única solución definitiva es acabar con el capitalismo. Pero todos — desde los que quieren simplemente detener las políticas neoliberales, los que quieren introducir grandes reformas dentro del capitalismo y los que quieren pasar a una sociedad distinta — todos estamos de acuerdo en que tenemos que detener ese capitalismo salvaje que nos está matando. Dentro de ese acuerdo común hay diferentes contingentes. 

El tema de la salud es fundamental, como tú señalas, nuestra concepción es que en Puerto Rico existió, hasta la década de los ’90, un sistema de salud público que tenía sus deficiencias, tenía sus problemas, pero que estaba en teoría muy bien diseñado. El concepto era muy bueno, era una especie de pirámide con los centros de diagnóstico y tratamiento prácticamente en cada barrio de Puerto Rico, hospitales de cuidado primario, secundario y terciario. Permitía planificación, permitía distribución de los servicios, permitía ajustarlo a las necesidades de la población en cada zona de Puerto Rico. Era un sistema que en la práctica tenía muchísimas carencias, tenía problemas, eso nosotros no lo negamos, pero lo que se debía haber hecho es mejorar aquel sistema, desarrollar aquel sistema, modernizar aquel sistema. 

Lo que se hizo, al contrario, fue desmantelarlo, privatizarlo, coger todas esas instalaciones, o la buena parte de ellas, y venderlas. Convertirlas en empresas privadas y que entonces las personas tuvieran un seguro médico que cubriría los gastos de sus servicios. Y las personas que no pudieran pagar un seguro médico, pues tendrían el seguro pagado por el gobierno. 

El resultado ha sido un deterioro tremendo de los servicios, servicios que son caóticos, que no están planificados, que no corresponden a la necesidad de la población. Corresponden más bien a si es un buen o un mal negocio para alguien poner un hospital, un laboratorio, un dispensario en algún lugar. Y es un sistema que está secuestrado por las aseguradoras, en el que muchas veces (y lo puedo decir por experiencia propia) quien determina qué medicina vas a recibir no es el médico sino es el seguro. Yo fui diabetico, por ejemplo, y tenía una medicina que estaba utilizando. La utilicé por varios años y de un día para otro, cuando fui a renovar la medicina a la farmacia me dijeron que ya mi seguro médico no cubría esa medicina. El pote de pastilla para ese mes costaba 600 dólares. ¿Quién va a pagar 600 dólares? 

Así que yo tuve que ir donde el médico para que el médico me recetara otra medicina. Entonces tú te das cuenta que quien ha decidido, el médico me recetó la medicina A, pero ahora estoy cogiendo la medicina B. No porque el médico haya dicho que es mejor la B que la A, no. Es porque la aseguradora decidió que cubría esta pero no cubría aquella. Tenemos un sistema, como dije, secuestrado por la aseguradora. 

En Puerto Rico se creó un comité multisectorial hace varios años por la legislatura, con representación de los hospitales, de las farmacias, de organizaciones de pacientes, para examinar el sistema de salud de Puerto Rico y hacer propuestas de cómo cambiarlo. La mayoría de ese comité favorece precisamente lo que nosotros favorecemos, que es la creación de un seguro de salud universal: eliminar todo este sistema de aseguradoras privadas, y que todo el mundo contribuya al mismo pote, al mismo seguro. Los que tienen mucho contribuirán más, los que tienen menos contribuirán menos y los que no tienen nada no contribuirán nada, y que todo el mundo esté cubierto por ese seguro de salud universal. Es algo que existe en Canadá, es algo que existe en otros países. No es reinventar la rueda. Todos los estudios demuestran que es más barato desde el punto de vista administrativo. Ciertamente es más equitativo, permite planificar, y todo lo demás.

Ese comité multisectorial determinó que el paso próximo para crear este seguro universal era hacer un estudio a fondo con una compañía consultora internacional que tuviera la metodología e instrumentos estadísticos necesarios para analizar la demografía de Puerto Rico, analizar las enfermedades que hay en Puerto Rico, analizar todos los detalles y hacer una propuesta concreta de cómo se podía implementar un seguro de salud universal: cuánto costaría, cómo funcionaría, qué cobertura tendría, etcétera, etcétera. Así que presentamos la inmediación para que se realice ese estudio, proveyendo los fondos necesarios (que se calculan más o menos en un millón de dólares), como próximo paso para la creación de un seguro de salud universal. 

Esa medida se aprobó en el Senado y todavía está esperando consideración en la Cámara de Representantes. Así que ese es un tema que nos toca muy de cerca y que hemos tratado de dar el próximo paso en la dirección de la creación de un seguro de salud universal. Veremos si en la Cámara prospera, y si el Gobernador lo firma. Tenemos todavía esas dos vallas que superar en esa carrera de obstáculos. Ojalá se apruebe. Si no se aprueba es otra indicación más de que tenemos que lograr un aumento de la representación de los sectores progresistas en la Legislatura para que en el futuro se apruebe. 

Julio Álvarez: Recordé ahora otro dato. Los que me conocen saben que yo soy pastor. Durante la dictadura chilena, específicamente el 29 de agosto de 1986, hubo una carta abierta al general Pinochet, suscrita por varias iglesias en Chile. Y uno de los firmantes era el entonces obispo de la Iglesia Pentecostal de Chile, Enrique Chávez. Esa carta en el sexto párrafo decía: “En nombre de este Dios proclamamos que ningún gobierno, y menos aún si pretende inspirarse en principios cristianos de justicia, puede supeditar la satisfacción de derechos tan básicos como la salud, la educación y la vivienda al puro juego de las leyes del mercado.” Y esa era la postura en ese momento. 

Yo estoy tratando de llevar el mensaje de que esa sea la postura de todos los que tengan valores, no solamente cristianos, sino de la mayoría de las religiones o valores humanistas y que entiendan que esta situación, donde ya no hay pacientes, lo que hay son clientes, donde la salud en vez de ser respetada como un derecho es tratada como mercancía, es algo moralmente inaceptable. 

Otro tema que me gustaría abordar ya para finalizar esta entrevista es uno que es inevitable porque siempre lo traen en contra nuestra: la sexualidad, y el tema del aborto. Yo he tratado de crear conciencia y de tender puentes, porque a veces la persona que está al otro lado tiene preocupaciones o inquietudes similares a las nuestras. Yo creo que todos o la inmensa mayoría podemos coincidir en que quisiéramos que la tasa de abortos se redujese al mínimo posible. No le deseamos a ninguna mujer la experiencia de un aborto. Pero entendemos que la penalización no es la solución. La penalización no reduce los abortos. Al contrario: los multiplica clandestinamente en condiciones en las que la consigna de ‘salvemos las dos vidas’ desaparece, porque casi nunca se salvan ninguna de las dos. Además, pone en peligro de cárcel a las mujeres que marchan militantemente en contra del aborto, porque no están exentas de sufrir un aborto natural espontáneo, involuntario, y que alguien las acuse de que ellas mismas se lo provocaron, como le pasó a Teodora Vázquez de El  Salvador. Ella fue sentenciada en el 2008 a 30 años de cárcel por un aborto involuntario y fue liberada en el 2018 diez años después. Amnistía Internacional hizo una campaña donde obtuvo 250 mil firmas para su liberación. 

Entonces, el camino de quitar derechos casi nunca es el camino efectivo para lo que se quiere lograr. Este es un tema que es importante porque también es un tema de lucha de clase, e impacta más que nada a las mujeres pobres. Yo sé que usted ha tenido oposición debido a su postura en ese tema pero yo entiendo su postura, hablemos un poquito de eso.

Rafael Bernabe Riefkohl: Bueno, este tema tiene muchos aspectos yo empezaría por tratar de entender la posición de las personas que no comparten nuestras posiciones. Yo creo que ese puente es importante tratar de establecerlo y creo que uno de los aspectos fundamentales es que en nuestra sociedad, en todas las sociedades hasta hace relativamente poco tiempo, lo que predominaba era la idea de que en temas como éste — en la familia, en la sexualidad — es que había una sola forma adecuada, o una sola forma moral, o una sola forma aceptable de estas instituciones. 

Había un tipo de familia: papá, mamá y los nenes. Había un tipo de sexualidad: la sexualidad heterosexual abierta a la reproducción. Todo lo que estuviera fuera de eso era degradado, pecaminoso, anormal, lo que fuera. Y ese era el orden existente. Muchas personas tienen el miedo — yo lo entiendo — de que si nosotros acabamos con el orden que existía antes (una familia, una sexualidad), entonces le abrimos paso al desorden, al desmadre. Yo te lo digo con una anécdota un poco curiosa. 

Cuando estábamos discutiendo una legislación para acabar con las llamadas terapias de conversión, a mi me llegaban emails de gente diciendo “yo me opongo esa medida que usted está proponiendo para acabar con esas terapias porque usted lo que quiere es abrirle paso al bestialismo” y yo decía “pero ¿qué tiene el bestialismo que ver con nada?” ¿Cuál es la mentalidad ahí? Tratar de entender que cuando una persona salta de que uno quiere reconocer los derechos de la comunidad LGBTTQI+ a que uno está promoviendo el bestialismo, es porque piensan que si nosotros acabamos con el orden tradicional, lo que viene es el desorden total. Y claro, como nadie quiere vivir en el desorden (yo incluido) pues uno se aferra al orden tradicional. 

Pero lo que hay que entender es que acabar con el orden tradicional no es el desorden, es crear un orden distinto. Un orden que reconoce que pueden haber distintos tipos de familia, porque la familia puede ser papá y mamá y los niños, o la familia puede ser dos padres o dos madres, o una madre soltera o un padre soltero. Hay muchas posibilidades y no hay ninguna razón por la cual nos limitemos a una sola. Y de igual manera la sexualidad, el afecto, y el cariño entre los seres humanos puede tener muchas expresiones, no tiene que ser estrictamente una de las que han existido en un momento dado. Entonces es un orden más inclusivo, es un orden más participativo, es un orden más diverso ¡pero es un orden!

Nosotros tenemos que transmitirle a la gente que hay diversas formas de organizarnos. No es solo entre la organización y el desmadre. Para mi el punto fundamental es la autonomía de cada individuo. Nosotros defendemos el derecho de cada persona a tomar las decisiones que más directamente le afectan. Cómo tú te vistes no lo puedo decidir yo, lo decides tú. Si te vistes de rojo, de azul o de negro, lo que sea. Porque eso te afecta a ti, no me afecta a mí. Y de igual manera, cosas muchísimo más importantes, como si uno completa o lleva a término un embarazo no deseado. Evidentemente si tienes un embarazo deseado y tú querías quedar embarazada pues no hay problema. Pero si tú tienes un embarazo que tú no habías planificado, que tú no habías pensado, pues entonces tú debes tener el derecho como mujer a decidir si completas o no completas ese embarazo.

¿Por qué la mujer? Porque el proceso de gestación ocurre en el cuerpo de la mujer. Alguna gente dice, ah no, porque el hombre también debería poder participar. Bueno, el hombre puede participar si la mujer quiere, la mujer le puede preguntar su opinión, todo lo que quiera. Pero en última instancia, el proceso de gestación no ocurre en el cuerpo del hombre, ocurre en el cuerpo de la mujer, así que la mujer es la que tiene que poder decidir qué es lo que va a hacer con respecto a eso.

Y como tú dices, yo creo que ahí lo importante es reconocer ese derecho. Yo sé que es la posición de muchas personas decir “yo no creo en el aborto, me parece que el aborto no es una opción correcta, pero yo reconozco el derecho de cada mujer a decidir, yo no soy el que va a decidir por ella.” O sea, si a mí no me gusta el aborto, si me parece que es un concepto equivocado, eso quiere decir que yo no me voy a hacer un aborto. Pero cada persona toma su decisión con respecto a ese tema. 

Y como señalas, hay una ironia muy grande de que los mismos grupos que no quieren reconocer el derecho al aborto también se oponen a la educación sexual. Es un poco absurdo. Porque una manera de evitar los embarazos no deseados es que la gente conozca sobre su reproducción, conozca los métodos anticonceptivos, conozca los métodos de prevenir el embarazo. Eso va a reducir los embarazos no deseados, y eso va a reducir los abortos. Así que usted pensaría que lógicamente los que quieren reducir la tasa de abortos o la cantidad de abortos serían los primeros en estar a favor de la educación sexual. Pero no es así. Así que nosotros también hemos defendido el derecho al aborto y defendemos también el concepto de la educación sexual. 

Ahora mismo en Florida acaba de aprobarse una medida que precisamente prohíbe hablar en las escuelas públicas de homosexualidad y de toda una serie de temas. Es una cosa totalmente absurda. ¿Qué quiere decir eso? Que los niños y las niñas de esas escuelas en Florida van a oír hablar de la homosexualidad en todos los lugares. En televisión van a oír hablar de sexualidad. En el cine van a oír hablar de sexualidad. En el internet van a oír hablar de sexualidad. En la calle hablando con la gente por ahí van a oír hablar de homosexualidad. Los niños Van  a oír hablar de eso. El único sitio donde no van a hablar de eso es en la escuela, donde podrían darle una educación científica, basada, racional — darle información. El único sitio donde no van a hablar de homosexualidad es donde debieran hablar de homosexualidad y entender qué es lo que es eso,que  es la escuela. 

Y lo mismo con otros temas. No vamos a hablar de sexualidad, no vamos a hablar de educación sexual, no vamos a explicar lo que son los contraceptivos. La ninez y la juventud  van a oír hablar de eso en todos lados menos en la escuela. O sea, es una posición totalmente irracional, absurda. Y te repito, es producto de no querer reconocer que las cosas están cambiando y que el orden viejo ya no funciona. Ya la homosexualidad, que a usted no le gusta, pues mire, va a tener que acostumbrarse porque eso ya salió, eso ya se destapó, eso ya está por todos lados. Usted no va a poder meterlo de nuevo en un pote. No se quiere reconocer ese hecho, y se insiste en el viejo orden. Ese orden ya no funciona, necesitamos un orden nuevo, que sea democrático, que sea participativo, que sea inclusivo, que reconozca la diversidad. Y bueno, algunos sectores todavía insisten en tratar de evitar ese cambio inevitable. 

Yo en eso soy optimista. Ese cambio es inevitable. Los grupos conservadores lo que pueden asegurarse es que tome más tiempo y que sea más doloroso y que sea más difícil y que sea más problemático. Pero a la larga o a mediano plazo están dando una batalla perdida, porque el mundo va por otro camino. Eso no quita que sus políticas entorpecen, causan mucho dolor, atrasan cosas que hace tiempo deberíamos haber ya superado.

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