¿Pro vida o pro elección?

¿Eres pro vida o pro elección? Hay que estar a favor de la vida de la persona gestante y a la vez estar a favor de cualquier elección que tome esta persona gestante, estemos de acuerdo a nivel personal o no. Da igual si la violaron. Da igual si el embarazo es viable o no. Da igual si  es un embarazo no deseado. Ningún gobierno ni tribunal debe tener la potestad de quitarle a la mujer su derecho a decidir sobre su cuerpo. También hay que estar a favor de la vida del ya nacido. Hay que defender con vehemencia y consecuencia a los miles de niños huérfanos, en hogares de acogida, en hogares donde sufren maltrato o condiciones de extrema pobreza. Hay que defender la vida, pero no a costa de la vida ajena. Es una hipocresía controlar a las mujeres y dictaminar qué hacer con su cuerpo mientras que los hombres solo son espectadores pasivos de esta afrenta a la autonomía corporal y a la privacidad.

Ante la falsa dicotomía de ser pro vida o pro elección, hay que ser ambas.

Para que este debate sea más equitativo, debemos ser igual de enérgicos para que los hombres tomen un rol más proactivo en la contracepción, pues esta responsabilidad parece recaer únicamente sobre las mujeres. Es la mujer quien tiene que tomar “la píldora” anticonceptiva, colocarse un dispositivo intra uterino, tomar la pastilla del día después o “cerrar las piernas” para no quedar embarazadas, mientras que este tipo de consideraciones nunca se toman para un hombre, que a veces ni un condón quiere usar, pues prefiere jugar a la ruleta rusa que sacrificar su placer. Un hombre se puede realizar una vasectomía en un proceso ambulatorio sin pedir permiso, sin cuestionamiento alguno. Una mujer que quiera ligarse las trompas de Falopio para no tener hijos, sin embargo, es restringida, cuestionada: “espera a que tengas al menos dos hijos” “¿estás segura de que no quieres tener hijos? Eres tan joven…” y otras actitudes paternalistas reservadas únicamente para las mujeres. 

Una mujer puede tener sexo con 10 hombres en un año y quedar embarazada una sola vez. Un hombre puede tener sexo con 10 mujeres en el mismo período  y embarazar a varias o a todas. Esas mujeres que quedan embarazadas, pueden decidir abortar o pueden decidir tenerlas y perseguir a ese hombre que elude toda responsabilidad para que al menos pase pensión alimentaria de la cual luego harán chistes y se quejarán, enfocándose en su responsabilidad económica y echando a un lado la responsabilidad afectiva con esa criatura ya nacida, para luego burlarse de la madre soltera “luchona, que es padre y madre a la vez” e inclusive llamándola “una familia torcida” por no estar enmarcada en el tradicionalismo heteronormativo de “papá y mamá”.  Entonces, ¿nos preocupa la vida del no nacido o nos preocupa más decirle a las mujeres qué hacer con su cuerpo y con su vida? Ante la falsa dicotomía de ser pro vida o pro elección, hay que ser ambas.

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