En memoria del Licenciado Noel Colón Martínez


"Combatir por el pan combate necesario; combatir por el puesto, combate estimulante; combatir por el principio combate excelso."

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Independientemente de sus diferencias de credo, religioso o político, los pueblos celebran y veneran aquellas personas que han dedicado sus vidas a combatir por el mejoramiento de sus condiciones materiales y espirituales; por la construcción de sociedades más libres y justas. ¿No es acaso esa la razón por la cual tantas calles y escuelas en Puerto Rico llevan el nombre de Pedro Albizu Campos?

El que los pueblos puedan contar con personas de esta altura moral en medio de la abrumante mediocridad y corrupción de aquellos inescrupulosos que nos gobiernan, es un faro de esperanza para no rendirnos y mantener la esperanza de que otro futuro es posible. Es el mejor tributo que podemos rendirles en momentos en que nos abandona su presencia física, más se mantiene la espiritual sembrada. Es así como ocurre con el siempre apreciado compañero Noel Colón Martínez.

Nace en Moca, el 20 de octubre de 1927, en el seno de una familia vinculada a lo que fuera en aquel entonces el Partido Popular Democrático, el de la soberanía y la justicia social (su padre fue alcalde de Moca entre 1944 y 1952). En 1948 ingresa a la Universidad de Puerto Rico para convertirse en maestro normalista, pero cambia su orientación y completa la licenciatura en Derecho. Aunque su carrera profesional se desempeñará en el área del Derecho y la Justicia, a través de diversas formas (puestos en el gobierno, presidencia en el Colegio de Abogados y Abogadas de Puerto Rico (CAAPR) y de varias de sus comisiones), Noel canalizará su vocación de educador por medio de su actividad política. 

Hasta la década de los 60 fue miembro del sector liberal y autonomista del PPD, del cual, desencantado, se desvincula para afiliarse al Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), del cual es su candidatado a gobernador en las elecciones de 1972. Tras los inesperados bajos resultados electorales y la lucha interna que se desarrolló en el PIP, Noel intentó una postura conciliadora que desafortunadamente no prevaleció. 

La actividad politica militante de Noel se canalizó a lo largo de los años en dos dimensiones no partidistas, pero siempre con la mira en la justicia social y la soberanía de nuestro pueblo. Por un lado, la creación o participación de iniciativas y organizaciones civiles; por otro, la labor educativa de concienciación ciudadana.

De joven, en el Recinto de Río Piedras se inició en la labor periodística que proseguiría a lo largo de décadas a través de diversos medios impresos. Persona de espíritu crítico y promotor del diálogo, creó en 1969 junto a un grupo representativo de las tres ideologías políticas el programa televisivo Cara a Cara ante el País. El programa de gran impacto en la ciudadanía se mantuvo en el aire por unos doce años. Además, fue miembro de la Junta de directores del periódico Claridad.

Desde 1963,  participa de la Comisión para el Estudio del Desarrollo Constitucional de Puerto Rico del CAAPR, orientada a establecer un acuerdo multipartidista sobre  un proceso de libre determinación de nuestro pueblo. Además, desde su presidencia en el Colegio, entre 1964 y 1965, se creó la Oficina de Servicios Legales de Puerto Rico que ofrece servicios legales gratuitos a la población más pobre y menos atendida por el sistema legal y se iniciaron gestiones para sufragar los gastos de la Sociedad para la Asistencia Legal la cual defiende gratuitamente a las personas acusadas indigentes en el país.

Finalmente, hay que destacar las aportaciones de Noel en promover a nivel internacional la descolonización de Puerto Rico, la libertad de nuestros prisioneros y prisioneras políticos; la denuncia de asesinatos políticos, como los de Carlos Muñiz Varela, Santiago Mari Pesquera y los asesinatos del Cerro Maravilla, y el carpeteo y la represión personal contra miembros y militantes de organizaciones políticas independentistas. 

Más allá de sus extraordinarios combates por “el pan y el puesto”, las personas que tuvimos la oportunidad de conocerlo y ser en algún momento compañeros o compañeras de lucha, jamás olvidaremos su personalidad, su siempre presente cálida mirada y sonrisa, su sencillez, su trato amable y respetuoso de las diferencias, su sentido de solidaridad y apego a los principios del deber y la justicia y libertad; en fin, su compromiso inquebrantable con la patria puertorriqueña.  

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