Ojo abierto

Por: Angel R. Villarini Jusino

¿Qué es pensamiento crítico?

Más de 2,000 años atrás, el ser humano reconoció, no solo que pensaba, sino que su relación con su entorno estaba mediada por su pensamiento. A partir de ese momento dejó de ser ingenuo; se percató de que su relación con la realidad es interpretación, resultado del proceso de pensamiento. Comenzó a ser crítico cuando se dio a la tarea de perfeccionar esta facultad del pensamiento, de modo que con tal facultad pudiera construir interpretaciones más acordes con la realidad misma y, en consecuencia, poder tomar mejores decisiones sobre lo que es cierto, bueno o justo. Este esfuerzo por perfeccionar el pensamiento es lo que llamamos pensamiento crítico.

El pensamiento crítico es una forma de autoconciencia, una forma de examinarse a sí mismo. No es meramente pensamiento reflexivo o destrezas de pensamiento. Como queda ilustrado por el propio desarrollo histórico de la ciencia, podemos construir interpretaciones dentro de paradigmas muchas veces no cuestionados. Esta distinción también explica por qué ciertos grupos con determinados intereses políticos o económicos pueden favorecer el desarrollo de destrezas de pensamiento que no son críticas.

Nuestro modelo de pensamiento crítico (Villarini) fue construido a partir del estudio histórico del pensamiento que se examina a sí mismo, tarea propia de la filosofía y la psicología. Esto nos permitió reconocer cinco momentos que representan dimensiones desde las cuales el pensamiento puede examinarse a sí mismo para ser crítico.

  1. Dimensión lógica. ¿Cuán claro y lógico es el pensamiento o la interpretación que hemos elaborado en torno a cualquier aspecto de la realidad? Aquí buscamos, por un lado, asegurarnos de que las ideas y conceptos con los que interpretamos la realidad son apropiados para la misma y claros en su significación. Por otro, buscamos ser coherentes en el uso de los conceptos y asumir las consecuencias teóricas y prácticas que se pueden deducir de los mismos.
  2. Dimensión sustantiva. ¿Qué fundamento racional (conceptual) y empírico (verificable en el mundo) tiene el pensamiento o la interpretación que hemos construido? Aquí se trata de que nuestras interpretaciones acerca de algún aspecto de la realidad puedan apoyarse sobre evidencia obtenida mediante procesos “científicos”, o deducidas lógicamente a partir de ciertos conceptos o teorías aceptadas por la comunidad de expertos.
  3. Dimensión contextual. ¿Cómo condicionan el contexto histórico y cultural el proceso y los productos del pensamiento? El pensamiento es el de un ser humano siempre situado en una comunidad social, histórica y cultural. Esta comunidad condiciona, tanto positiva como negativamente, los conceptos y procesos desde los cuales se piensa. Ciertas ideas, conceptos y pre-juicios en los que nos formamos pueden afectar la posibilidad de elaborar interpretaciones correctas de la realidad; estos deben identificarse y combatirse.
  4. Dimensión pragmática. ¿Cómo condicionan las emociones, intereses y valores de la persona el proceso y los productos del pensamiento? El pensamiento aspira a ser racional, pero es inseparable de elementos no racionales, como los volitivos y afectivos, que responden a necesidades, intereses y valores que son expresión del origen, desarrollo y condición social de las personas. Resulta necesario examinar en qué medida nuestra interpretación está sesgada, es decir, que distorsiona u oculta algún aspecto de la realidad para satisfacer determinados intereses personales, de clase o grupo social.
  5. Dimensión dialógica. ¿Qué hay de valor y qué puede aprender una persona del pensamiento de las otras, incluso alguno opuesto al suyo, para reconocer limitaciones y enriquecer el propio? Todas las limitaciones antes señaladas hacen necesario que aprendamos a ver la realidad desde otras interpretaciones y con ello reconocer nuestros aciertos y desaciertos. Del diálogo de múltiples interpretaciones es que surge nuestra mejor interpretación de la realidad.

Resulta necesario que pensemos críticamente sobre una variedad de asuntos que afectan a nuestra vida. Me propongo examinarlos en esta columna desde la perspectiva de estas cinco dimensiones. ¡Hay que espabilarse!